La confianza permite jugar y amar. |
Quizás este título, no sea muy agradable para más de un@ enfermer@, pero hay situaciones que me obligan a preguntarme esto.
Toda persona que ha tenido alguna experiencia en un centro de salud sabe que a veces a quien más se ve y con quien más contacto se tiene, es con l@s enfermer@s. Muchas de estas veces, las experiencias no son nada, pero nada agradables. No vamos a decir que ell@s deben tener siempre una sonrisa en el rostro o tratarnos como si fuéramos sus grandes tesoros; pero debemos recibir un trato humano.
Una de ellas la buscó, en horas de la madrugada porque un paciente no paraba de llorar. La doctora va al cuarto de ese niño de 3 años de edad y lo revisa, se percata que no hay dolor ni nada “físico” que pudiera tenerlo alterado en ese momento, entonces pasa a preguntar a la mamá del niño que había sucedido y la mamá le responde que el niño estaba llorando porque cuando estaban tratando de tomarle una vía, no se dejaba, se movía y lloraba, entonces las enfermeras le dijeron que si no se callaba, le iban a puyar la lengua. La doctora estaba muy molesta, por lo menos así lo dejó ver cuando nos lo contó a las enfermeras regulares del servicio y a mí.
Esta situación me hace preguntar: ¿Qué pensaban estas enfermeras al decirle semejante cosa a ese niño? ¿Será que nunca han recibido una charla o alguna materia que los prepare para trabajar con los pacientes? ¿Deberán recibir apoyo psicológico? ¿Cómo pueden ser enfermeras? ¿Cómo pueden tratar a un ser humano así? ¿Qué se puede hacer para que estas situaciones no se repitan? Aspiro que estas preguntas puedan contar con respuestas positivas para los pacientes, sus acompañantes y para todos los que hacen vida dentro de los centros de salud.
Aquí esta paciente le explica a las enfermeras, como debe tomarse una vía. |